miércoles, 17 de junio de 2015

Sueños

Soñar no es malo. Los sueños significan nuestras metas, nuestros miedos, nuestros anhelos, nuestros deseos más profundos.
Cerramos los ojos y nos dejamos llevar, a un pasado lejano o a un futuro incierto, a veces despiertos y a veces durmiendo. La diferencia la marca nuestro nivel de consciencia. Si soñamos despiertos es cuando imaginamos el mundo en el que nos gustaría vivir, donde todo sería más fácil, donde prácticamente nuestra vida sería perfecta. Pero cuando soñamos dormidos, es nuestro subconsciente quien tiene el poder, nos puede incluso traicionar, sacando recuerdos o reviviendo momentos que guardamos bajo llave en un rincón de nuestra memoria. Ahí es cuando nos despertamos con un amargo sabor de boca y una punzada de nostalgia en el corazón.
Los sueños nos pueden ayudar a mejorar. Necesitamos soñar, anhelar, desear...y buscar los métodos para perseguir nuestros sueños y poder alcanzarlos, aunque sea con la puntita de los dedos, pero también no podemos despegar demasiado los pies del suelo, porque entonces las nubes de tormenta nos pueden arrastrar y dejar caer en el abismo de la decepción.
Soñemos, dormidos y despiertos, para que los sueños dejen de ser solo eso y puedan convertirse en realidad, en nuestro futuro.