martes, 22 de marzo de 2016

Valores impuestos.

Vivimos en una sociedad rígida,llena de prejuicios,de ideas fijas sobre algo,de valores que nos vienen impuestos muchas veces...¿pero qué sucede cuando no sentimos eso que se supone que deberíamos? Esa misma sociedad nos juzgará y nosotros miraremos hacia otro lado.
No siempre el amor viene cuando queremos,no siempre el cariño nace donde debe,no siempre la amistad surge donde se la espera,y,valga la redundancia,no siempre el roce hace el cariño.
Todo es muy sencillo cuando las cosas funcionan como espera la sociedad y nosotros mismos bajo sus criterios impuestos anteriormente,el problema surge cuando nos salimos de esas líneas marcadas. ¿Qué hacer cuando no sentimos cariño por quien deberíamos? ¿cómo afrontamos el momento de darnos cuenta? Es muy fácil el decir que no puedes seguir las reglas impuestas,que tú tienes tu propio camino,que no te tiene que importar nada más que tu mismo...pero en la vida real no siempre funciona. Es muy duro no sentir amor por alguien que lleva tu sangre,ni cariño por alguien con quien has compartido momentos durante toda tu vida. Llegados a este punto, ¿qué solución hay? ¿Darle la espalda a esa sociedad y sus valores impuestos? No es posible,a veces nuestra conciencia no nos lo permite y no tenemos el valor necesario para mirar hacia otro lado. Simplemente nuestras obligaciones están por encima,no podemos enfrentarnos a todo lo que conocemos,a lo que nos rodea.
Tenemos responsabilidades,y no podemos dejarlas de lado ignorando los valores que año tras año nos han ido imponiendo.Puede que sea el camino fácil,pero es el que hay que seguir,por lo menos de momento mientras esperamos que haya un rayo de luz al final de ese largo y oscuro túnel.