jueves, 17 de enero de 2013

RIMA VIII

Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla dorada
¡en átomos leves
cual ella deshecho!

Cuando miro de noche en el fondo
ocurdo del cielo
las estrellas temblar, como ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a donde brillan
subir en un vuelo,
y anegarme en su luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.

En el mar en la duda en que bogo
ni aún se lo que creo;
sin embargo estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro.

Gustavo Adolfo Bécquer




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